Polvo en las cortinas
Mientras recojo mi destino del frío suelo de la cocina el arroz se quema en la cazuela, mis hijos esperan en la escuela y las cortinas acumulan más polvo que ayer. Y me asusto al pensar que lo recojo para alguien que quizá tenga otra cocina con baldosas que esperan ser lustradas para albergar nuevamente todo aquello que nunca fui. Decido dejar caer mi destino en el mismo sitio donde quince años atrás lo deposité para que no se me vuelva a pegar el arroz, para no llegar tarde a la salida del colegio de los niños otra vez y para lavar las cortinas que ocultan todos mis porqués…
Mientras recojo mi destino del frío suelo de la cocina el arroz se quema en la cazuela, mis hijos esperan en la escuela y las cortinas acumulan más polvo que ayer. Y me asusto al pensar que lo recojo para alguien que quizá tenga otra cocina con baldosas que esperan ser lustradas para albergar nuevamente todo aquello que nunca fui. Decido dejar caer mi destino en el mismo sitio donde quince años atrás lo deposité para que no se me vuelva a pegar el arroz, para no llegar tarde a la salida del colegio de los niños otra vez y para lavar las cortinas que ocultan todos mis porqués…
Nacho Hevia