martes, 4 de marzo de 2008

intervalos

cada dos lunes: Juan, el limpiacristales - ¿y en qué andas metido ahora? porque no paras, jodío - se lamenta porque ahora viajo menos y no le puedo contar qué sitios nuevos he conocido.
a las 15:05 aproximadamente: vuelve la vecina con su perra de dar su paseo diario - tiene 13 años ya, pero eso viene a ser 93 de los nuestros, así que ya ves cómo anda; apa! fins demà, noi.
13:30: salgo a por un té con leche y miel /ara torno-ahora vuelvo-2 minuts-2 minutos/
día sí, día no: se acerca hasta la puerta Joey con su cuaderno bajo el brazo -¿a escribir un rato? - yes, a little bit - see you, Joey -see you, Nacho.
casi todos los días: Nico y su perra, Wiston -hola, Nico, ¿qué tal hoy? ¿mejor? ya se ha ido el frío -bueno, Nacho, voy al parque a que juegue con sus amigos -espera, no te vayas, que tengo un regalo para ti; toma, alfajores caseros - gracias, Nacho, ¿te traigo un café? -deja, nos lo tomamos mañana.
cuando llego más temprano que de costumbre: el cartero -porque sé que sois vosotros, que si no... ¡estas cartas no os llegaban! -¡gracias, jefe!
un goteo de desconocidos cada una o dos horas: gritan un nombre que aún no he logrado entender, pero que se parece a algo así como "Maja", a una ventana del edificio de enfrente; les tiran una llave, suben, diez minutos después vuelven a salir, más tranquilos; la "Maja", a veces, tira ropa y muebles por la ventana; ya no aparco la moto junto a ese portal.
muy a menudo: una mujer árabe sale del edificio después de haber limpiado el piso 2º-1ª y, con la sonrisa tan agradable como su voz, me saluda rápidamente mientras da pequeños y ligeros pasos calle abajo; creo que mi respuesta le debe llegar muy bajita porque ya está lejos.
cada dos por tres: Elias, es sordomudo, no sabe lenguaje de signos, grita gemidos para hacerse entender, en ocasiones borracho, en otras dócil y en las más emocionado por hacerse entender para contarte algo que acaba de ver al otro lado del paseo (del Born)
16:00 llega Montse, mi turno terminó aunque empiezo otros en otros sitios, en otros puestos

un minuto imaginario: todos atraviesan el cruce entre Calders y Bonaire donde les espero fumando un cigarro

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