Hay bares tristes. Infectos de una espesa y acalorada bruma marrón o grisácea, cargada de indiferencia, de la que se hacen huéspedes opositores ávidos de cigarrillos que empapelan mesas cojas con temarios fotocopiados y subrayados hasta el desgaste.
Pero si yo no quiero estar entre locos...comentó la niña. -¡Ah! pero eso no puedes evitarlo - le dijo el Gato - : aquí estamos todos locos. Yo estoy loco. Y tú también. - ¿Y cómo sabe que estoy loca? - preguntó Alicia. - Tienes que estarlo a la fuerza - le contestó el Gato -, de lo contrario, no estarías aquí. Lewis Carroll" Alicia en el País de las Maravillas"
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