DESPISTE
Me acerco y anoto sus nombres. Con esa dichosa manía que tienen de escribir todo con esa letruja enana me tengo que acercar tanto que hasta podría imprimirse en mi frente. Pero, luego ¿cómo los leería? Je, je, je. He de saber en qué estaciones me he subido y bajado para poder volver antes de que cierre la residencia. Por cierto ¿qué hora será ya? Juraría que me puse el reloj de muñeca. ¡Ay, otra estación! ¿Dónde diablos estará el papel donde las apuntaba? Bah, ya me acordaré cuando regrese. A todo esto… ¿dónde es que iba yo?
Nacho Hevia
5 comentarios:
Excelente relato, claro que tuve que resaltar la letra para poder leerlo y además utilizar la lupa, pero me he sentido identificada...
A qué blog iba yo??
Un abracito, bello muchacho.
ESo si es despiste y no hay duda!!!!
Mejor a veces andar así...que con la presión de las exactitudes....
molt bo però el relat demostra alguna cosa més greu que no només un despiste
MARINA:
espero que no haya sido un despiste que hayas caido en este blog! jejeje
besos miles!
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GABRIELA:
la exactitud me mata...
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DERIC:
sí, així és... peró no volia fer-lo tant evident...
petons!!!
ho és, ho és
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