A veces
uno siente que algo está por ocurrir y es tan sutil cuando acaece que no nos damos cuenta al sucederse:un pie que se libera de entre las sábanas en busca de su homólogo acompañante, un haz de luz curioso que entra por las rendijas de la persiana recorriendo las cuatro paredes de la habitación hasta posarse en tus ojos, un gorrión vespertino cantando que ya ha amanecido... que ya ha amanecido. Esto es lo que sucede y yo lo recibo...
Nacho Hevia